En este camino de crecimiento, nos encontramos con la bondad que solo el Espíritu Santo puede brindar. Como discípulos de Dios, somos llamados a recibir su guía. El Espíritu Santo es una fuente inagotable de fuerza, que nos encarga en cada etapa de la vida. Al su influencia, podemos aumentar un alma renovado y lleno de felicidad. El Espíritu